Zuckerberg siempre  fue un pésimo  programador. Por otra  parte, Steve
Jobs y su  respectiva familia le tienen que  agradecer los millones de
dólares  que  poseen  a nadie  más  que  a  Stephan Gary  Wozniak,  un
brillante ingeniero  y realmente el  cerebro detrás de la  creación de
Apple. Steve Jobs fue un diseñador  con dones aestéticos - y uno fuera
injusto si no  se le diése a alguien el  crédito que realmente merece,
pero nada más. Según en una de sus últimas declaraciones, fue a través
de  un curso  de caligrafía  que  tomó, que  le ayudaría  más tarde  a
elaborar el camino  para edificar la compañía de  Apple. Y volviendo a
Zuckerberg, se puede  decir que por su parte no tiene  ni la mitad del
coeficiente de inteligencia técnica que  Bill Gates posée. Y de eso no
hay dudas.
La mentira más grande que Zuckerberg  ha afirmado es la de promover la
cultura de tecnólogos y  demás profesionales que están involucrados en
la computación y la tecnología como tal. Si algo es cierto: es que los
verdaderos programadores,  los que han  contribuido a que  el internet
exista, ó que te comuniques con un teléfono celular, ó que vayas a una
terminal del banco para extraer  dinero en efectivo, no se asocian con
Zuckerberg. Muchos de ellos lo detestan, o para que suene más sensible
ó  con  más  tacto:  lo  ignoran,  pero no  sin  antes  reconocer  que
Zuckerberg ha tratado de engañar a medio mundo.
Y eso es quizás lo que muchos de nosotros hemos ignorado.
El  costo de  mantener  una  banda de  comunicación  abierta entre  un
servidor y el proveedor de acceso,  no es algo barato. Y mucho menos -
aunque  hoy en día  es más  asequible hacerlo  - cuando  el respectivo
mantenimiento de los  equipos es aún de alto costo.  Y estos costos de
Facebook  se tienen  que  pagar de  una  forma u  otra.  Y alguien  es
responsable.
Todas las compañías  le ofrecen a sus accionistas  un reporte anual de
sus operaciones. En el caso de Facebook, el accionista mayoritario que
es Zuckerberg, consumió  un poquito más de medio  millón de dólares en
viajes aeronaúticos durante el pasado año. Si su característica innata
de huzmeador en  asuntos ajenos es contagiosa: en  este caso cuando se
averigua la  cifra que es más exacta  cuando se ven que  han sido unos
$692,679.
Es absurdo pensar  que una persona que es  capaz de mantener semejante
estilo de  vida, no lo hace  a cuenta de  alguien. Y en este  caso ese
alguien es casi probable que lo  seas tú, o yo. (El burro delante para
que no se espante).
Pero  llamémos  las  cosas  como  son.  Y  por  más  que  una  aledaña
justificación  que  trate de  remendar  semejante derroche  monetario,
porque si bien es evidente que si muchos comparten mis sentimientos en
este  asunto, hay  otros que  simplemente les  importa tres  bledos, y
estos  son  los  que  dicen  para  sus adentros  que  su  presencia  o
asociación  o membresía  en  Facebook es  solamente  para compartir  o
intercambiar una  foto o un  mensaje con alguien  y nada más.  Pero el
caso,  tristemente, no  es tan  sencillo como  parece a  simple vista,
porque  la resaca  de tus  desvaríos  cuando entras  en Facebook  está
ocurriendo dentro de sus términos y  reglas de juego. Y de algo puedes
estar seguro, que  no eres un usuario, sino  consumidor del gigantesco
conjunto de borregos.
El carácter de Facebook es exclusivamente monetario. Y su presencia es
virtual.  Partiendo de  esas dos  premisas,  no es  atípico decir  que
asumen promover la cultura de  la tecnología. Pero en realidad, es una
estrategia  más de  venta. Si  fuése de  lo contrario,  y manifestaran
estar en contra de los tecnólogos y programadores, eso sería semejante
a estar  en contra de  la misma  razón por la  cual existen, y  por lo
tanto no estuviésen por estos contornos, ni se hablaría mucho menos de
ellos.
A diferencia de la opinión popular, Facebook funciona por cada usuario
que  contribuye  al  beneplácito  sustento  de  multimillonarios  como
Zuckerberg, Thiel y otros más. Cada instante que decides entrar con tu
correo electrónico o nombre de  usuario (según las reglas del juego de
Facebook), los  enriqueces con creces. Después muchos  nos quejamos de
la disparatez  económica que existe  en el mundo, pero  no reconocemos
que ha sido uno mismo el causante indirecto de esto.
Todas las compañías no están, como dice el dicho, libres de pecados.
A  pesar que  Wordpress, por  ejemplo, sea  una de  las  más completas
plataformas de  publicación electrónica, no obstante a  ello se acogen
al ofrecimiento de  un blog gratis para inflar  precios después que en
realidad el costo original de estos, es una fracción de lo que quieren
cobrar. Ejemplos de estos oscilan desde una dirección única punto com,
o el uso variado de otro tipo  de letra en el blog. Pero no obstante a
ello,  muchos de sus  más directos  contribuidores y  elaboradores han
sido suficientemente honestos en varias  ocasiones con el prójimo y en
ningún momento  (a pesar  del pedántico anuncio  donde te  ofrecen ser
dueño de  un punto com,  que de Pazcua  a San Juan aparece  encima del
dashboard) han  presionado a  uno de sus  usuarios con una  táctica de
venta.  Siempre han  demarcado  apropiadamente la  comparación de  las
ventajas y cons que esto lleva consigo, y tal acción ha sido plasmada,
aunque parcialmente, en los enlaces de ayuda. Y esto lo aseguro porque
lo he leído y me consta.
Google por  otra parte no está  libre de culpa  tampoco. Como compañía
privatizada  se   han  encargado   de  ser  el   buscador  electrónico
standard. Casi  dominante y pseudo-monopolista. Sus  resultados son en
gran  medida conmensurables  con sus  productos. Mientras  más ligados
estén entre sí estos productos, es decir, aquellos que sean exclusivos
de Google, otros toman prioridad. Por otra parte, me parece una de las
más  grandes ironías  de  los  últimos tiempos,  que  los cambios  que
hicieron  meses atrás  con el  sistema  de búsqueda,  fueron causa  de
alarma  debido al  factor de  privacidad. Considero  que  son bastante
transparentes en este  tema, y a menos que la  ética de sus respectivo
equipo sea comprometida,  algo que en raras ocasiones  aunque no se ha
visto,  no  pudiése  descartarse.  Aún  así, no  logro  distinguir  el
principal  motivo por  el  cual  la gente  se  asustó. Google  seguirá
siendo, a  través del tiempo, una  de las compañías más  grandes en el
medio  cibernético.  Aunque  no  estoy  de acuerdo  con  la  filosofía
privatizada y exclusiva  de operar de Google, que  con sus inofensivos
anuncios,  (aunque  con intereses),  no  son  nada  comparados con  la
verdadera estrategia de Facebook. Y  a pesar de los constantes cambios
y el  súbito abandono de proyectos que  de la noche al  día ocurren en
las  decisiones  que toma  Google,  sus  aportes  opaqan los  deslices
técnicos que a nivel ejecutivo pudiésen ocurrir.